La historia acaba de empezar
La ilusión y el entusiasmo llamaron a mi puerta. Con todas las dudas del mundo y muy perdida en todo ese mundo de organizaciones que aparecía frente a mí, empecé a buscar “mi experiencia”.
Estaba dispuesta a escucharme a mí misma, y mi vocecita interior me lo dijo muy claramente: España.
¡Y llegó el gran día! El 12 de febrero de 2021 puse los pies en el suelo del país que me atraparía para siempre.
“Yo lo que quiero es aprender”, eso me decía antes de venir, pero nunca pensé que tanto. Porque a pesar de lo mucho que aprenderás con ellos, el mayor aprendizaje va a ser de ti mismo /a.
El voluntariado ha sido para mí una escuela, es un proceso donde se te enseña a ser mejor persona, a tener una mayor empatía con tu entorno y poder entender cuáles son los verdaderos problemas de las personas.
Me enseñó a saber escuchar cuando hace falta, saber sonreír o llorar si la situación lo amerita, y a entender que tú no puedes cambiar al mundo, pero puedes intentar cambiar tu mundo y regalar un poquito de alegría a los demás.
Me he dado cuenta de lo fuerte que soy, que puedo sobrevivir sola, que soy capaz de comunicarme con otras personas en otro idioma, conocer mis limitaciones y mis miedos, lo mucho que disfruto viajando, lo mucho que me queda por experimentar y descubrir.
Ahora soy plenamente consciente de mi autoestima y de mi motivación. Cuando vives en un lugar sola, dependes únicamente de ti, hay muchos momentos en los que debes ser su propia aliada, la persona que te motive a seguir y mejorar, la que te impulse a hacer cosas, la que se sienta orgullosa de ti.
Todo bonito hasta aquí, ¿verdad?
La verdad es que durante mi Voluntariado en Valencia, yo estaba viviendo una experiencia extraordinaria para mí, que me abriría los ojos y cambiaría mi vida en 360º, pero…
Pero no todo lo que brilla es oro.
Es verdad. La pandemia trajo miedo. El miedo paraliza. Pero el mundo siempre sigue su ritmo, la sociedad y sus desafíos también. Para mí, no hay mejor o peor momento para ayudar a alguien.
Tampoco hay un momento especial para decidir romper con nuestros miedos. Tener una experiencia fuera de nuestra zona de confort siempre nos desafía a crecer.
Y así empezó escribir mi historia.
El día 12.02.2022, empezó nueva etapa de mi vida. Aúnque todo ha sido un poco más complicado, porque 4 días antes de venir a España, me tuvieron hacer una cirugía en el pie.
Sí, alomejor pensáis, que estoy loca a venir así a España, pero cuando uno tiene el sueño, tan grande como era el mío, nada y nadie le puede parar.
Por la situación que había, tuve que viajar más horas que era lo normal, y hacer un transborde en Holanda. En total he viajado 12 horas. Además, con mi suerte, las ruedas de mi maleta se destrozaron y tuve que hacer un esfuerzo inesperado. Debido de la cirugía que tuve que pasar justo antes de viaje, tuve mas complicaciones. Las suturas se abieron y me hizo mucho daño.
El primer piso de mi voluntariado fue en Silla, lo compartí con Alex de Hungría y Andrea de Rumania. Era la primera vez que compartía apartamento con alguien, y no estaba segura de que vivir juntos fuera a ser fácil.
Lamentablemente, por el Covid, ha sido todo cerrado, y me quedé con las ganas de conocer la gente. En el Abril empecé por fin a trabajar en la organización. Toda mi atención y tiempo del trabajo, fue dedicado a los jóvenes en riesgo de exclusión social. Fue muy agotador viajar desde Silla hasta Quart de Poblet día al día.
En Mayo me mudé a Quart de Poblet. Aunque tuve que compartir el piso solo con 3 chicas, la realidad ha sido diferente. Cuando llegué al piso, tuva una gran sorpresa que vivo con 7 personas. Pero eso no es lo más peor, hay veces se nuestro piso convertió en el día de las puertas abiertas.
Lo más bonito que encontré en este piso era mi compañera colombiana, que me ayudó y enseñó mucho. Se convertió en mi hermana mayor y gracias a ella ya puedo bailar bachata, salsa y sé mas de su cultura.
Pero como podéis imaginar, así uno no puede vivir, y por eso me tocó volver a Silla, donde compartí el piso con Zeynep. En el Septiembre, vino nuevo compañero del piso (Melquiades de Espaňa). Y así hemos sido una gran familia española.
En el fin de Septiembre se acabó el proyecto Joop y tuve que despedirse de mis corazones ( estudiantes ) y mi mejor compañera del mundo. El Joop, aunque la verdad ha sido muy duro, era la mejor experiencia que tuve en mi voluntariado. Tengo mil recuerdos que podría deciros, pero prefiero quedarmelos para mi misma.
En Octubre empezó otra etapa de mi voluntariado. El lugar dónde colaboré como voluntaria se trata de un centro juvenil “La Cebollera“, dónde se ofrecen diferentes tipos talleres y actividades extraescolares para los niños cuando acaban su horario escolar.
En Noviembre, por fin mudé con mi nueva compañera Tale a nuestro nuevo piso en Quart de Poblet. Una pena, que eso pasó al fin de mi voluntariado y no podría disfrutarlo tanto.
En mi voluntariado conocí personas buenas, personas no tan buenas y buenísimas personas las cuales siguen en mi vida aún. Y como se dice:“la gente buena nos da felicidad, la gente mala nos da lecciones y la gente maravillosa nos da recuerdos.“
No puedo no mencionar una de las cosas más importantes para mi de Valencia como son Las Fallas. Sí, para alguien Las Fallas significan mucha gente y mucho ruído, para mi Las Fallas significan una tradicion extraordinaria, que tocó mi corazón y desde que lo conociera, me produció curiosidad y me fascinó tanto que empecé investigar sobre ello. A veces la gente se queda sorprendida por mi gran conocimiento sobre Las Fallas que no tienen ni ella. La verdad que me hubiera gustado convertirse a una Fallera ( Fallera mayor) . Mi interés sobre las Fallas se han comvertido en mi pasión y mi tema favorito de conversación y por eso me llaman Fallera eslovaca.
Al final me gustaría dar las gracias a mis compañeros del piso y amigos que se han convertido a mi familia española, por compartir esta experiencia maravillosa juntos y eso no significa que se haya acabado todo, porque nuestra historia acaba de empezar. Vosotros sabéis.